Últimamente, la gente me dice mucho esta frase, como si la fuerza de voluntad fuese algo que se tiene como los ojos azules o el pelo rubio. Yo no tengo fuerza de voluntad, yo tengo una lucha diaria y continua entre mi cuerpo y mi cabeza. Y también tengo motivación para llevar un estilo de vida saludable.
– Cuando por las mañas suena el despertador a las 5 para salir a correr: mi cuerpo me dice, date media vuelta, estás cansada y hace un frío que pela, pero mi cabeza me dice, venga perezosa, arriba, piensa en lo bien que te vas a sentir después. Así que arriba y a correr!
– Cuando empiezo a correr: mi cuerpo dice, párate, te duelen las piernas, que necesidad tienes de pasarlo mal, pero mi cabeza dice, te duele pero ya veras que a los diez minutos que cojas ritmo pasará, además, tú puedes, esto no es nada para ti, eres Corral y nada te para.
– Cuando llega la hora de ir al gym: mi cuerpo dice, quédate en casa que hace frío, total, por un día. Si vas todos! Pero mi mente dice, tienes que ir, recuerda que te comprometiste a ir al gym cuando empezaste con el cambio, además está Javi, te lo vas a pasar bien. Y el entrenamiento hace que estés mas ágil y te sientas bien física y mentalmente.
– Cuando hay una tentación delante de mí: mi cuerpo dice, venga, adelante, no te prives no va a pasar nada pero mi mente dice, para que vas a caer si no va a hacer que te sientas bien, al contrario, te vas a sentir fatal después.
Lo que os decía, una lucha diaria ante muchas situaciones a lo largo del día. Demasiadas veces que hay que elegir entre lo que pide el cuerpo y lo que dice la mente. Por eso yo digo que no es fuerza de voluntad, es lucha.
Lo fácil es rendirse y dejarte llevar, ¿Que me pide azúcar el cuerpo, o bombones o una pizza con todas sus grasas «saturaditas»? Pues se los doy, total, que mas da! No va a pasar nada. Te auto-convences, y listo! Pero no, lo difícil es plantar cara y decir NO. Pero no por un tema de engordar o no, si no por un tema de salud y de comer cosas saludables. Los supermercados están llenos de bolsas y alimentos procesados que si fuésemos conscientes de lo que llevan, nos quedaríamos alucinados. Pero para esto, la gente también tiene respuesta, muchos te dicen, «Es que si no, no comeríamos nada». Pues no señores, hay muchos alimentos que se pueden comer sin necesidad de que tengan miles de gramos de azúcares añadidos, aceites hidrogenados o grasas saturadas. Solo hay que ser un poco selectivos. Más fruta y verdura, y menos «bolsas» en nuestra alimentación.
En cuanto a la frase que da título a este post, me puede convencer si se dice al revés: «Donde hay voluntad, hay fuerza.» Así la frase toma otro sentido muy diferente. Quiere algo de verdad y verás como sacas la fuerza de donde sea.